¿Qué es la autoconciencia? Concepto, estructura, funciones

Un hombre en contemplación

No todas las personas entienden correctamente lo que es la autoconciencia, a pesar del hecho de que esta palabra es familiar para cada persona, y muchas personas la usan en muchos sentidos diferentes. En psicología, este término describe un conjunto de ideas de una persona sobre sí mismo, su cuerpo físico, su psique, su estado actual y cómo se ve desde el exterior. La autoconciencia se forma en la infancia, cuando un niño comienza a pensar en cómo otros lo perciben a él y sus acciones. Hoy veremos en detalle qué es la autoconciencia, cómo se forma y cómo se organiza.

¿Qué es la autoconciencia?

En psicología, el término «autoconciencia» se refiere a la percepción de una persona de su propia personalidad: cómo ve su lugar en la sociedad y el mundo, cómo evalúa sus propias acciones, así como cómo sus acciones son percibidas por otros. También incluye la percepción de las propias emociones, necesidades, metas, motivos y papel en la sociedad.

En este caso, la conciencia es un objeto para la cognición y un tema cognizante. Una persona se observa a sí mismo, evalúa la moralidad de sus propias acciones y corrige sus propias ideas sobre la moral y la moral. Bajo la influencia de la autoconciencia, se da cuenta de sí mismo como una persona, una unidad de sociedad independiente, pero al mismo tiempo inseparable.

Autoconciencia de la personalidad en psicología

La psicología no ha desarrollado un solo concepto de comprensión de la autoconciencia, ya que es compleja y multifacética. Términos como «identidad propia», «el autoconcepto» (el autoconcepto), «uno mismo» puede usarse como sinónimos.

El concepto de autoconciencia fue introducido en psicología por el psicólogo y filósofo soviético Sergei Rubinstein, quien lo describió como la capacidad de comprenderse a sí mismo y a los demás, para percibir la estructura de las relaciones entre las personas.

Lev Vygotsky también realizó una investigación en esta área, quien descubrió que la autoconciencia comienza a formarse en la primera infancia y se finaliza en adolescentes en el proceso de la edad adulta. Señaló que para la formación de autoconciencia requiere la capacidad de pensar, que se forma en un niño a los 7 años de edad. Por lo tanto, es muy difícil para los preescolares evaluar cualquier situación desde cualquier otro punto de vista que el suyo.

El psicólogo soviético Wolf Merlín identifica los siguientes elementos que definen la autoconciencia de un individuo:

  • comprensión de las emociones de uno;
  • conciencia de uno mismo como sujeto;
  • la capacidad de distinguirse de otros sujetos;
  • presencia de autoestima.

La psicología moderna distingue tales criterios de autoconciencia:

  • Aislamiento social y material del individuo del medio ambiente;
  • conciencia del control sobre las acciones y pensamientos de uno;
  • intentos de probar las cualidades de otras personas;
  • la capacidad de comprender los motivos, deseos y necesidades de uno;
  • conciencia de las peculiaridades del carácter y la personalidad de uno.

Como una de las capas clave de la autoconciencia, la psicología considera la actitud de una persona para los demás. En total, se distinguen cuatro niveles de esta actitud:

  1. Egocéntrico. La actitud de una persona hacia los demás se forma sobre la base de su actitud hacia él. Este nivel es natural para los niños, pero a menudo se encuentra en adultos.
  2. Groupcentric. Una persona tiene una actitud positiva hacia su grupo, considera que sus otros representantes «correctos». Dependiendo de las circunstancias, la comprensión de una persona de su grupo puede limitarse o expandirse (familiares, amigos, equipo, ciudad, nación, todas las personas).
  3. Prosocial. Este nivel de actitud implica que cada persona es de valor, independientemente de si tienen ventajas o desventajas.
  4. Estocólico. En este nivel, la personalidad considera a cada persona como parte del mundo espiritual. Los valores principales son la humanidad, la misericordia, el respeto y la tolerancia.

La estructura de la autoconciencia

La autoconciencia consiste en elementos como:

  • Conciencia de los objetivos actuales y distantes, comprensión de los propios motivos de uno;
  • conciencia de las cualidades existentes y deseadas;
  • visión cognitiva de uno mismo (visión de un extraño);
  • visión emocional de uno mismo.

Podemos dividir condicionalmente la autoconciencia en dos componentes: la cognición de uno mismo y la actitud hacia uno mismo. Cuando una persona expresa mentalmente una opinión sobre sí mismo, sus habilidades, cualidades morales o estado actual, parece simultáneamente un tema y como un objeto. Los términos «self» (o «auto-sujeto») y la autogestidez (o «autoobjeto») se utilizan para referirse a estos lados.

«Yo» tiene la capacidad de observar el yo evaluando sentimientos, pensamientos, motivos y comportamientos. Entre otras cosas, el yo también observa su propia tendencia a observar. El yo, por otro lado, es visto por muchos investigadores como un mecanismo que hace que la personalidad se esfuerce por lograr su máximo potencial.

La autoconciencia es un sistema bastante complejo, que para una mejor comprensión puede dividirse condicionalmente en 4 niveles:

  1. Sensación inmediata. Este nivel incluye las propias experiencias, emociones, sentimientos y deseos, el conjunto mínimo necesario para la autoidentificación de una persona.
  2. Imagen integral (personal). En este nivel, la personalidad siente la necesidad de ser mejor, actuar, mejorar.
  3. Intelectual-analítico (reflexivo). Este nivel implica observación de uno mismo, los pensamientos y deseos de uno, así como la reflexión y el autoanálisis.
  4. Activo intencional. Los tres niveles anteriores se combinan aquí, y una persona usa las observaciones obtenidas para el autocontrol, la autoeducación, la superación personal y otras acciones necesarias para lograr el «I-ideal».

También en la estructura de la autoconciencia podemos distinguir 3 capas relacionadas con cómo una persona se percibe a sí mismo desde el exterior y cómo ve su propio papel en la sociedad:

  1. Percepción de uno mismo.
  2. Percepción de los demás.
  3. Comprender cómo uno es percibido por otros.

Funciones de autoconcepto

Desde el punto de vista de la psicología moderna, la autoconciencia es un mecanismo psicológico importante que cumple una serie de funciones necesarias para una persona:

  1. Regulación del propio comportamiento. La autoconciencia le permite a una persona mirarse desde el exterior, como otra persona. Gracias a esto, entiende cómo debe comportarse, qué decisiones tomar, qué decir y cómo interactuar con los demás.
  2. Superación personal y autorrealización. Debido a la presencia de autoconciencia, la personalidad se esfuerza por el «I-Real» al «I-ideal». La autoconciencia tiene un poderoso potencial de motivación, lo que obliga al individuo a tomar medidas para mejorarse y la calidad de su vida.
  3. Función existencial. Bajo la influencia de la autoconciencia, una persona forma la necesidad de tener y comprender el significado de la vida.
  4. Función integradora. La autoconciencia juega un papel importante en la formación de un mundo interno holístico, cuyos elementos individuales no se contradicen entre sí y se ajustan armoniosamente a la comprensión del mundo externo.
  5. Función protectora. Una persona forma la necesidad de proteger una imagen estable de su «yo».

Formas de autoconciencia

Tratando de comprender mejor qué es la autoconciencia, los investigadores han descubierto que tiene cuatro formas diferentes de manifestación. Veamos cada uno de ellos con más detalle.

1. Autoconciencia

Implica conocer nuestras cualidades personales, así como nuestras habilidades físicas. Nos proporciona una identidad propia entre otras personas. La autoconciencia incluye procesos como:

  • observar las consecuencias de las propias acciones, hechos, decisiones y declaraciones;
  • observando las reacciones de los demás a lo anterior;
  • Comprender cómo los demás nos evalúan, cómo nos perciben y cómo nos tratan;
  • Analizar los propios sentimientos, deseos, necesidades, emociones y sus causas.

El objetivo principal del proceso de autoconocimiento es la formación de la idea suficientemente completa de una persona de sí mismo, comprensión de lo que es y qué capacidades posee.

2. autocontrol

Obtener información sobre su esencia, sus deseos y necesidades, una persona puede ajustar su comportamiento, eligiendo acciones más correctas, morales o racionales. Tenemos el poder de cambiar casi toda nuestra realidad, abandonando completamente los pensamientos, declaraciones o acciones no deseadas que contradicen nuestras actitudes actuales.

3. Autoestima

La autoestima es un indicador de cómo una persona percibe sus propias cualidades y capacidades, cuánto le gusta y se respeta a sí mismo. Una persona suficientemente autoconfidia que puede tomar decisiones y actuar a propósito tiene una autoestima adecuada. Si la autoestima es baja, entonces una persona debe depender constantemente de las opiniones de otras personas, vivir con muchos complejos y culpa. La autoestima sobreestimada lo hace arrogante, obligándolo a ignorar las opiniones de otras personas y empeorar la interacción con los demás.

4. Autoaceptación

Esta forma de autoaceptación incluye dos aspectos:

  • aceptación de uno mismo como individuo;
  • Autoestima.

Implica que una persona, independientemente de sus propias cualidades, capacidades, habilidades, talentos y conocimientos, se acepta a sí mismo como una persona completa. No se critica a sí mismo, no ladra por deficiencias y errores. Está seguro de que merece todo lo que desea. Para este propósito, trabaja en sí mismo, desarrolla, mejora, aumenta el nivel de su educación, se esfuerza por dominar nuevas habilidades.

Cómo se forma la autoconciencia

La psicóloga soviética y rusa Valeria Mukhina describió en detalle el proceso de formación de autoconciencia en un niño. Consideremos los aspectos principales que se muestran en sus obras.

1. Conciencia del nombre de uno

El nombre es un componente importante de la autoconciencia. Y para un niño es la idea de su propio nombre que se convierte en uno de los primeros elementos de autoconciencia. Constantemente escucha este nombre de sus padres y gradualmente comienza a identificarse con él. Más tarde le ayuda a distinguirse a sí mismo, a identificarse como una persona. Más tarde se entera de que tiene un apellido y un patronímico, lo que hace que la concretización sea más fuerte.

La mayoría de los niños aprenden a llamarse a sí mismos «yo» alrededor de los tres años. Antes de eso, se llaman a sí mismos por su nombre de pila, como los llaman las personas que los rodean.

Luego, el niño desarrolla apodos y aprende a probar los roles de diferentes personajes de juegos infantiles. Al crecer gradualmente, es posible que se le ocurra un nuevo nombre que intentará hacer suyo para enfatizar su propia individualidad. Para algunos adolescentes esto es tan importante que cambian su nombre por el real cuando obtienen sus papeles.

2- Conciencia corporal

Un niño adquiere una comprensión básica de su cuerpo y sus límites aproximadamente al año de edad. Posteriormente aprende a reconocerse en el espejo, aprende que está creciendo y que su cuerpo cambia constantemente. Aprende el dolor de los moretones y otros impactos físicos y se da cuenta de que puede herir a otros con sus acciones.

3. Necesidad de reconocimiento

Como los niños son egocéntricos, esperan que toda la atención se dirija a él. Poco a poco aprende qué acciones se consideran buenas y cuáles malas. Y cada vez que hace una buena acción, espera el reconocimiento y la aprobación de los adultos. Si los adultos reaccionan incorrectamente a su comportamiento, puede desarrollar cualidades negativas: agresividad, tendencia al engaño, inseguridad.

4. Identificación de género

A pesar de que los niños ya desde una edad temprana comprenden su pertenencia a un determinado sexo, y la primera simpatía entre niños y niñas surge en la escuela primaria, la verdadera identificación sexual se produce sólo con el inicio de la pubertad. Forman estereotipos de comportamiento masculino y femenino, los niños comienzan a considerarse hombres y las niñas, mujeres.

5. Representación del espacio social

Durante el proceso de crecimiento, la idea que tiene el niño del espacio social se forma y cambia constantemente. Este concepto incluye las condiciones en las que vive un niño:

  • vida cotidiana y estilo de vida;
  • valores inherentes a una sociedad determinada;
  • educación, normas de moralidad;
  • religión, etc

En la adolescencia, una persona desea ampliar su espacio social, al mismo tiempo no comprende bien lo que necesita, por lo que es propenso a cambiar drásticamente las prioridades y tomar decisiones impulsivas.

Conclusión

La autoconciencia es un atributo necesario de una personalidad formada. Es importante tener en cuenta que la autoconciencia no está codificada en genes, no surge por sí sola ni se forma sin la presencia de los factores necesarios. Por tanto, los padres deben ser responsables del proceso de su formación en su hijo.

Es muy importante mostrarle al niño un nivel adecuado de atención y respeto señalándole oportunamente los errores y fomentando las acciones correctas. En este caso desarrollará un correcto conocimiento de sí mismo y una adecuada autoestima, lo que le permitirá convertirse en una persona de éxito en la edad adulta.