Meritocracia: qué es, ejemplos, pros y contras

Platón y Aristóteles

Los politólogos conocen muchos sistemas políticos diferentes. En la mayoría de los estados del mundo moderno se utilizan diversas formas de democracia. Al mismo tiempo, una forma de gobierno como la meritocracia se considera mucho más prometedora. Hoy hablaremos en detalle sobre qué es, analizaremos sus pros y contras y consideraremos varios ejemplos.

¿Qué es la meritocracia?

La meritocracia es un principio de gobierno (u otra estructura), que implica que las decisiones importantes las toman personas capaces y competentes. Es fácil ver que este enfoque contradice la democracia clásica, en la que cada miembro de la sociedad puede influir en las decisiones. La meritocracia, por otro lado, implica que sólo aquellos cuya competencia no es cuestionada por el resto de la sociedad tienen derecho a votar.

Históricamente, ha habido dos enfoques para entender la meritocracia:

  • Para las personas talentosas, capaces y bien preparadas, se crean las condiciones en las que pueden «abrirse camino» hacia puestos importantes y ocupar una alta posición social. Es decir, son dignos de estar en el poder porque poseen las habilidades y conocimientos necesarios por naturaleza (o por sus propios esfuerzos).
  • personas que han sido especialmente capacitadas y educadas para este propósito son nombradas para puestos importantes (es decir, son dignas de estar en el poder porque han sido especialmente preparadas para ello).

El término «meritocracia» se forma a partir de dos palabras: latín meritus (digno) y griego antiguo κράτος (poder). Por lo tanto, literalmente significa «poder de los dignos».

En las democracias modernas, el liderazgo político se forma según las preferencias del pueblo. Así, el país está dirigido por personas que, por una razón u otra, agradan a la mayoría de los votantes. Pero sólo las razones de la simpatía de la gente rara vez son objetivas. Gracias a esto, llegan al poder personas que son fuertes en el populismo y la demagogia, pero que pueden resultar líderes, políticos y economistas mediocres.

La meritocracia está diseñada para resolver este problema. Esta forma de gobierno implica que cada persona que ocupa un puesto de liderazgo importante es más digno de ese puesto que los demás aspirantes. Es decir, obtuvo su lugar no porque le guste a alguien o sea capaz de hacer hermosas promesas, sino porque tiene los conocimientos, habilidades y experiencia necesarios.

Concepto moderno de meritocracia

Algunas ideas clave de meritocracia se pueden encontrar en Platón y Confucio. Pero la teoría moderna que describe y justifica completamente este modelo de gobierno se formuló solo en la segunda mitad del siglo XX. Su autor fue el sociólogo inglés Michael Young (1915-2002), quien describió este concepto junto con P. Willmott en su distopía «The Rise of Meritocracy» (1958).

Michael Young

El trabajo muestra una sociedad en la que el estado social de un individuo está determinado por el valor de su coeficiente intelectual. Todos los ciudadanos reciben condiciones inicialmente iguales, pero solo las personas talentosas con un alto coeficiente intelectual pueden meterse en el poder. Yang considera que este enfoque es un factor clave en el futuro del progreso mundial.

Los defensores de la meritocracia de hoy creen que es una forma revolucionaria de gobierno que tarde o posterior suplantará la democracia y otros sistemas políticos obsoletos. En sus justificaciones, distinguen cuatro tipos de élite política:

  • The Blood Elite: personas de origen noble que reclaman el poder a través del parentesco con familias reales;
  • riqueza Elite: personas que concentran el poder en sus manos debido a la riqueza y la influencia;
  • Elite del mérito: personas elegidas para sus méritos pasados (artistas populares, astronautas y atletas que se convierten en diputados);
  • Elite del conocimiento: aquellos que llegaron al poder debido a la competencia, el conocimiento, el talento y las altas cualidades morales.

Las reglas de la élite de la sangre en la sociedad tradicional. En la sociedad industrial, la élite de la riqueza llegó al poder, y en la sociedad postindustrial, la élite del mérito. Esta es una de las características de la democracia, que es que los ciudadanos votan voluntariamente por aquellos que les gustan sin pensar en su competencia y habilidades gerenciales. La meritocracia, por otro lado, implica que el liderazgo del estado u otra estructura se forma exclusivamente de la élite del cuarto tipo.

¿Cuál es la esencia de la teoría?

Los defensores de este principio de gobierno creen que es necesario crear mecanismos para garantizar que las personas más talentosas, educadas y trabajadoras lleguen al poder. Al mismo tiempo, debe haber competencia gratuita, gracias a la cual las posiciones más importantes estarán ocupadas por las más dignas.

Por lo tanto, el sociólogo estadounidense Daniel Bell, en su monografía de 1973, la próxima Sociedad Postindustrial, escribió que solo la meritocracia puede hacer frente a la burocracia y otros obstáculos para la organización social efectiva de la sociedad. Argumentó que los principios de la meritocracia deberían observarse en todas las esferas de la vida.

La jerarquía en el estado y otras autoridades debe construirse únicamente sobre el «principio de logro». Es decir, las personas deberían ocupar esas posiciones en las que serán realmente efectivas debido al talento, las habilidades, la experiencia y las cualidades morales. Factores como la popularidad personal o tener los conocidos «correctos» no deberían influir en nada.

Ejemplos de implementación de meritocracia

La meritocracia se considera un sistema político del futuro, pero la historia conoce muchos ejemplos de su implementación real en el poder estatal.

Antiguo Egipto

Se cree que los reyes egipcios de la dinastía Theban fueron los primeros en tratar de usarlo hace más de 4 mil años. Cada año realizaban un examen especial, que probaba el conocimiento de cada egipcio adulto. Según los resultados de este examen, una persona podría ser designada para un alto puesto del gobierno, independientemente de su origen.

China antigua

Otro ejemplo de implementación relativamente exitosa de la meritocracia es la antigua China en la dinastía Han. Los candidatos para puestos gubernamentales tuvieron que aprobar exámenes especiales, lo que resultó en uno de los nueve rangos. El rango recibido dependía de qué posición podría solicitar un candidato. A principios del siglo VII, se introdujo un sistema de exámenes más sofisticado, que duró más de 13 siglos y hoy es una fuente de orgullo histórico para China.

Singapur moderno

El primer ministro Lee Kuan Yew, aclamado como el creador del milagro económico de Singapur, dijo: «Aspiramos a ser una meritocracia multiétnica». Bajo su liderazgo, Singapur se transformó de un país del tercer mundo a una de las naciones más exitosas. El propio Lee Kuan Yew afirmó que esto se debió en parte al hecho de que la educación y la ciencia estaban entre los principales elementos del presupuesto estatal.

Pros y contras de la meritocracia

La ventaja clave de la meritocracia es que si está correctamente organizada, solo las personas competentes llegan al poder. En este caso, el camino a las estructuras de poder está cerrado no solo para aquellos que no tienen las habilidades y conocimientos necesarios, sino también para aquellos que generalmente llegan allí a través de la riqueza, los conocidos, la influencia y otros recursos no relacionados con la competencia profesional.

Las principales ventajas de la meritocracia:

  • Solo las personas con las habilidades correctas tienen posiciones importantes;
  • Las personas incompetentes no pueden meterse en el poder a través de la influencia, la riqueza, las mentiras, el populismo o la demagogía;
  • La burocracia y la corrupción se reducen drásticamente;
  • Dado que las habilidades y el conocimiento necesitan una actualización constante, la meritocracia implica un desarrollo continuo;
  • Maximiza la naturaleza abierta y transparente del gobierno.

La meritocracia puede ser un medio efectivo para combatir no solo la corrupción y la burocracia, sino también el autoritarismo y el totalitarismo. En él, cualquier persona que tenga las habilidades y el deseo necesarios podrá solicitar puestos clave en el poder. Al mismo tiempo, el origen, la riqueza o las conexiones no tienen influencia en esta posibilidad.

CRITICS DE ESTE CONCEPT Nombre Las siguientes desventajas de la meritocracia:

  • Este concepto se puede utilizar para justificar los privilegios de la élite intelectual.
  • Es imposible identificar criterios objetivos que permitan cuantificar y comparar las habilidades de las personas.
  • La afirmación de que el origen y el dinero no tienen influencia en nada es exagerado, ya que los niños de familias ricas en cualquier caso reciben una mejor educación.
  • Las oportunidades para una buena educación también varían en grupos sociales y antecedentes.
  • Las dificultades de la vida de los ciudadanos de bajos ingresos pueden impedirles que obtengan posiciones prestigiosas.
  • La burocracia y la corrupción siempre se opondrán a la meritocracia, ya que se puede comprar cualquier diploma, título o título.
  • Para implementar la meritocracia, es necesario crear un mecanismo para garantizar la evaluación justa, imparcial y objetiva de los candidatos.

Obviamente, el mecanismo para evaluar las habilidades de los candidatos debe ser desarrollado por personas que son inteligentes, competentes y bien entrenadas, conocidas por la política y el alto carácter moral. En otras palabras, es casi imposible encontrar personas que puedan crear e implementar mecanismos de meritocracia para reemplazar el sistema electoral actual.

Michael Young, autor de The Rise of Meritocracy, también señaló un defecto significativo en este concepto. Él creía que los meritócratas mismos tenderán a formar una casta de las personas que buscan mantener su poder, incluidos los métodos más honestos. Es importante darse cuenta de que la meritocracia se opone a la democracia, y si no se encuentra ninguna manera para garantizar su honestidad, también puede tratar de apoderarse y retener el poder.