Creencias de personalidad: lo que son, ejemplos, tipos, significado

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Las creencias de personalidad son uno de los factores más importantes que determinan la percepción y el comportamiento. Pueden ser positivos, neutrales o limitantes, correctos o incorrectos, propios o impuestos. En cualquier caso, tienen una influencia decisiva en cómo percibimos la realidad, qué conclusiones sacamos y qué decisiones tomamos. Y esta influencia no siempre es para nuestro beneficio. Hoy hablaremos sobre qué creencias son, cuáles son y cómo afectan nuestras vidas, así como para averiguar si y cómo corregirlas.

¿Qué son las creencias personales?

Las creencias son un sistema estable de opiniones y puntos de vista del mundo, formados en una persona sobre la base de la experiencia de la vida y determinando cómo él o ella trata a otras personas, eventos, cómo percibe varias situaciones y cómo los reacciona. Las creencias de una persona pueden considerarse un elemento clave de su visión del mundo. Tienen una influencia decisiva en cómo percibe el mundo que lo rodea, qué relaciones de causa y efecto nota y qué decisiones toma.

De alguna manera, las creencias son similares a los reflejos, ya que nos permiten reaccionar ante eventos externos sin pensarlo mucho y casi al instante. Sin embargo, implican una reacción consciente que una persona puede controlar.

La mayoría de las personas piensan que piensan racionalmente, guiados por su conocimiento, lógica y sentido común. Pero son las creencias que generalmente juegan el papel decisivo en su juicio. Con base en ellos, evaluamos eventos, sacamos conclusiones, tomamos decisiones y formamos nuestras actitudes hacia las circunstancias y los objetos con los que interactuamos. Inicialmente, la tarea de las creencias es proporcionarnos un conjunto de normas y reglas que simplifican nuestras vidas. En la práctica, sin embargo, a menudo complican las cosas, nos empujan hacia decisiones equivocadas y nos llevan a callejones sin salida.

¿Para qué son las creencias?

Las creencias son un mecanismo de la psique, formado por la evolución y la realización de una serie de funciones importantes, como:

  • Procesar información entrante. Continuamente recibimos una gran cantidad de información, y nuestra capacidad intelectual simplemente sería insuficiente si pensáramos y analiciéramos cada hecho. Las creencias nos ayudan a procesar rápidamente, filtrar y clasificar la información que recibimos, sacar conclusiones, hacer evaluaciones y encontrar algunas relaciones de causa y efecto (quizás erróneas).
  • Generalización y almacenamiento de información. En esencia, las creencias son información «comprimida» y muy simplificada que libera a las personas de la necesidad de estudiar un objeto o fenómeno en detalle. Por ejemplo, las creencias políticas permiten a las personas no estudiar en detalle los programas de diferentes políticos, sino para comprender a la vez a quién les gusta y a quién no.
  • Predicción. Una gran parte de nuestras creencias tiene que ver con comprender las relaciones de causa y efecto. Constantemente encontramos que ciertos eventos vienen después de otros eventos o nuestras acciones. Y en adelante, esto nos permite comprender mejor cómo comportarse y qué esperar en diferentes situaciones.
  • Motivación e incentivos. Nuestras ideas sobre la verdad, la justicia, la moralidad, la ética, el bien, el mal y otras categorías de valor a menudo sirven como un factor que gobierna nuestro comportamiento. Pueden motivarnos o, por el contrario, disuadirnos. Las creencias que proporcionan motivación para realizar actividades útiles a veces se llaman creencias de recursos.
  • Formación de personalidad. En gran medida, la personalidad y el carácter de un individuo están formados por las creencias, que influyen en sus percepciones y comportamiento en todos los aspectos de su vida.
  • Simplificando la toma de decisiones. Nos enfrentamos constantemente tener que tomar decisiones y decisiones. Por lo general, sucede rápidamente, y no tenemos que pensar cada vez que es lo correcto en una determinada situación y qué no. Pensamos y actuamos como creemos que es correcto. Esta es la esencia de las creencias.

Tipos y ejemplos de creencias

Desde el punto de vista de la psicología, todos los tipos de creencias se pueden dividir en tres grandes grupos: positivo, neutral y limitante. Consideremos cada tipo con más detalle.

1. Creencias positivas (positivas)

Estas son creencias que son útiles para una persona, lo hacen mejor, lo estimulan y lo motivan, lo ayudan a lograr objetivos. Ellos, a su vez, se pueden dividir en dos subespecies:

  • Creencias relacionadas con las propias cualidades y capacidades («Soy excelente en esto», «Mis superiores me consideran un empleado valioso», «mi coeficiente intelectual es muy alto»);
  • Las creencias relacionadas con los objetivos y las necesidades («Todos tienen que lograr esto», «Necesito esto ahora», «Seré respetado más»).

Ejemplos de creencias positivas:

  • Si hago un buen trabajo, recibiré un ascenso en un par de meses.
  • ¡Tengo todo lo que necesito para cumplir mis sueños!
  • Debo detener el comportamiento adictivo.
  • Todo lo que me pasa es una consecuencia de mis acciones y decisiones.

2. Creencias neutrales (generales)

Estas son ideas sobre la vida, la sociedad y el orden mundial, que no influyen positiva o negativamente en el comportamiento de un individuo (no lo motiven, pero tampoco lo limiten).

  • Hay dos tipos de personas: «búhos» y «alondras».
  • No puedes confiar en las personas que no conoces.
  • Solía ​​ser mejor.
  • La tierra es plana (redonda, cuadrada).

Las creencias neutrales pueden ser propias o impuestas, correctas o erróneas, pero no afectan el grado de motivación de una persona, no lo evitan ni lo ayudan a ir a su objetivo.

3. Creencias limitantes (negativas)

Como es fácil de adivinar, estas son esas actitudes, percepciones y puntos de vista de un individuo que limitan sus oportunidades, reducen la motivación y privan a él o ella de fe en su propia fuerza. Las creencias negativas, así como las creencias positivas, se pueden clasificar en dos tipos:

  • Creencias relacionadas con oportunidades y recursos («No puedo hacerlo», «Mis jefes no me aprecian», «Mis amigos no me apoyarán en esto»);
  • Las creencias relacionadas con las metas y los motivos («No necesito esto», «Nadie me apreciará de todos modos», «No todos pueden tener éxito»).

Es fácil ver que estos dos subtipos de creencias negativas son opuestos completos de los positivos correspondientes.

  • No tengo talentos y los conocidos «correctos», lo que significa que no podré lograr un gran éxito.
  • No puedes hacerte rico por medios honestos.
  • No tengo predisposición para el éxito y la riqueza.
  • No lo haré de todos modos.
  • Solo soy un simple empleado de oficina.

Vale la pena señalar que las creencias limitantes tienen el mayor impacto en nuestras vidas. Cerran las puertas frente a nosotros, nos hacen dudar de nosotros mismos, bajan nuestra autoestima y nos impiden avanzar. Por eso nos vamos a centrar en ellos.

Creencias limitantes

Entonces, las creencias limitantes son creencias que nos ponemos en un marco que dificulta nuestro desarrollo y logro de los objetivos. Bajen nuestra autoestima y autoconfianza, nos hacen renunciar y renunciar a nuestros objetivos bajo excusas descabelladas.

Los ejemplos más obvios incluyen creencias como:

  • «Solo estoy …». Esta es una creencia limitante típica con la que muchas personas parecen simplificar sus vidas sin tratar de «adelantarse a sí mismas». De hecho, a menudo nos hace rechazar oportunidades y oportunidades, pensando que no somos dignos de algo, no cumplamos con las expectativas o requisitos.
  • «No puedo …». Esta actitud es algo similar a la anterior. Una persona subestima a sabiendas sus habilidades en alguna área, por lo que no intenta cambiar algo. Lo peor de todo es que esta creencia evita que una persona no solo sea de acciones activas, sino también de tratar de desarrollarse en cierta dirección.
  • «Yo (no debería) …». Cada uno de nosotros tiene creencias impuestas desde el exterior. Muchos de ellos son inofensivos, pero hay algunos que limitan seriamente nuestras posibilidades. Tales son, por ejemplo, actitudes impuestas por los estereotipos de género, o la creencia de que debe continuar trabajando en un trabajo que no le gusta sin tratar de cambiar algo.

Por supuesto, hay otras variantes. Por ejemplo, muchas personas creen que son inferiores a la mayoría de los colegas en términos de sus habilidades. Simplemente aceptan esta actitud mental y no intentan encontrar nuevas direcciones para el desarrollo para elevar su nivel de competencia y profesionalismo.

Muchas personas viven con la creencia de que siempre debes poner los intereses de otras personas por delante, de lo contrario, todos pensarán que eres egoísta. De hecho, esta es una formulación incorrecta. Para no ser egoísta, es suficiente no poner sus propios intereses sobre los de otras personas, pero no es necesario sacrificar el suyo. Parece obvio, y sin embargo, muchas personas se sienten culpables por cada situación en la que no renunciaron a sus propios intereses para ayudar a otra persona.

Cómo se forman las creencias limitantes

Todas las creencias de la vida de una persona se adquieren y de ninguna manera innatas. Las mayores influencias en su formación y atrincheramiento son factores como:

  • Educación. Este factor es el más obvio y el más significativo. Los padres de la infancia mencionan a un niño de acuerdo con sus propias creencias (entre las cuales siempre hay un número considerable de erróneos). Luego, los cuidadores y los maestros se hacen cargo. Las creencias limitantes adquiridas durante la educación suelen ser las más estables, e incluso en la edad adulta no es fácil deshacerse de ellas.
  • Experiencia personal. Ante varios eventos, circunstancias y consecuencias de las propias acciones, una persona saca varias conclusiones que luego pueden convertirse en sus creencias de vida. Obviamente, también pueden ser erróneos y no particularmente útiles. Por ejemplo, si alguien se enfrenta al engaño por parte de una persona querida, puede llegar a la conclusión de que es imposible confiar en alguien, y esta no es una actitud muy útil.
  • Falacias lógicas. Cualquiera puede llegar a una mentalidad errónea. Todos pensamos que pensamos lógicamente, pero a veces simplemente no notamos que, en algún razonamiento, las leyes de la lógica fueron violadas debido al conocimiento incompleto o una evaluación incorrecta de la situación. Uno de los errores lógicos más comunes es malinterpretar la relación de causa-efecto (la causa y el efecto están mezclados, o no hay relación entre dos eventos).
  • Encontrar excusas. Dado que no es fácil admitir un error, muchas personas inmediatamente comienzan a buscar excusas. Por ejemplo, una persona quería arreglar el enchufe, pero no tuvo éxito. Y luego explica esto por el hecho de que está predispuesto al trabajo intelectual, y a trabajar con sus manos siempre ha sido malo. Lo más interesante es que la verdadera razón por la que tiene miedo de admitir, a pesar del hecho de que es más inocuo, simplemente no sabe cómo arreglar los enchufes, porque nunca lo ha hecho.
  • Miedo al fracaso. Muchas creencias limitantes se basan en el hecho de que una persona intenta protegerse de la decepción y el estrés innecesario. Para hacer esto, se convence de antemano que no podrá hacer frente a una determinada tarea y, por lo tanto, es mejor no comenzar.
  • No voluntad para abandonar la zona de confort. Si una persona se siente cómoda viviendo en las condiciones existentes, y no quiere cambiar nada, gradualmente forma un conjunto de creencias que no le permiten abandonar la zona de confort. Él piensa que está en su lugar y debería vivir exactamente mientras vive ahora, y si trata de cambiar algo, no podrá hacer frente, por lo que es mejor no correr riesgos.

¿Cómo deshacerse de las creencias limitantes?

A la mayoría de las personas les cuesta cambiar o abandonar sus creencias. A menudo esto causa una gran incomodidad, porque no sólo tienes que admitir que estás equivocado, sino también, literalmente, renunciar a parte de tu ego. Pero si aborda esta tarea de manera responsable y metódica, puede lograr resultados sobresalientes y, literalmente, convertirse en una persona diferente. Es importante no intentar arreglar todo a la vez. Es mejor trabajar por separado en cada esfera de la vida (trabajo, compras, mejoras en el hogar, relaciones personales, crianza de los hijos, etc.). Habiendo elegido un área determinada, debes seguir algunos pasos:

  • Haz una lista de creencias. Supongamos que decide corregir su actitud, por ejemplo, hacia la crianza de los hijos (tradicionalmente hay muchas creencias y estereotipos en esta área). Recuerda lo que dijeron tus padres, educadores, conocidos y otras personas al respecto.¿Qué declaraciones recuerda, cuáles provocaron protestas y con cuáles estuvo de acuerdo?¿Qué ideas sobre la crianza de los hijos se le formaron como resultado?
  • Haga una lista de sus valores y objetivos de vida. Definir tus valores personales es un gran tema. Pero para combatir eficazmente las creencias limitantes, debes tener una buena comprensión de lo que es valioso y significativo para ti. También se pueden agregar a esta lista grandes metas y sueños de vida, ya que también deben tenerse en cuenta.
  • Determine cómo se alinean estas dos listas. Ahora necesitas comparar las dos listas para ver qué creencias se alinean con tus valores y objetivos reales y cuáles los contradicen. No es necesario sacar conclusiones precipitadas; Es importante analizar cada elemento cuidadosamente.
  • Escribe las creencias indeseables. Obviamente, las creencias que contradicen valores y objetivos son limitantes y es deseable deshacerse de ellas (o al menos revisarlas significativamente). Vale la pena señalar que las creencias indeseables también pueden ser aquellas que parecen bastante positivas (por ejemplo, aquellas que producen un perfeccionismo excesivo).
  • Realiza un «ritual» de dejar de lado las creencias. Por supuesto, no hay ningún misticismo o esoterismo involucrado. La forma en que funciona nuestra psique es que para permitir cambios importantes o «dejar ir» una parte de nosotros mismos, necesitamos un pequeño ritual, algunas acciones que lo acompañen y que formarán un punto de partida memorable para una nueva vida. La opción más sencilla es escribir una declaración en un papel, luego romperla o simplemente arrugarla y tirarla. Esto le permite llevar el rechazo de creencias obsoletas al nivel material, sentirlo físicamente.

No olvides que es importante actuar con coherencia y no intentar arreglar todo de una vez. A menudo sucede que las personas quieren hacer muchos cambios en sus vidas a la vez, pero esto sólo reduce las posibilidades de éxito. Esto es especialmente peligroso para quienes enfrentan agotamiento emocional. Estas personas suelen sentirse cansadas y deprimidas, pero anticipando el cambio pueden experimentar una explosión de energía. En esos momentos, es especialmente importante actuar racionalmente y establecer objetivos razonables. Es mejor dar unos pequeños pasos que poner toda tu energía en un solo salto y no darlo.

Conclusión

Las creencias son un mecanismo de nuestra psique que realiza muchas funciones. Nos ayudan a analizar lo que está pasando, sacar conclusiones y tomar decisiones rápidas. Pero no todos son igualmente útiles. Muchos de ellos frenan nuestras ambiciones, no nos permiten salir de nuestra zona de confort, frenan y limitan nuestro desarrollo. Afortunadamente, cualquiera, si realmente lo desea, puede revisar sus creencias utilizando la metodología que hemos comentado anteriormente.