Rumia en psicología: lo que es en palabras simples, razones para ello

Labios rosados

La palabra «rumia» no se escucha con tanta frecuencia en la conversación, sino con el fenómeno que denota, cada uno de nosotros ha enfrentado. Se llama pensamiento agonizante sobre una situación desagradable: una entrevista de trabajo fallida, un diálogo fallido, una disputa con una persona querida y otras razones para la frustración.

Tales experiencias ocasionalmente surgen en todos. A veces pasan sin rastro, y a veces atormentan a una persona durante mucho tiempo, evitando que trabaje de manera productiva y disfruta plenamente de la vida. Hoy examinaremos en detalle qué es la rumia, por qué ocurre, cómo se manifiesta, qué es peligroso y cómo superarlo.

¿Qué es la rumia?

En psicología, la rumia es el pensamiento obsesivo en situaciones desagradables que ya no se pueden corregir. Estos pensamientos regresan una y otra vez, evitando que una persona participe en cualquier actividad productiva. A veces, este proceso se llama «gumming mental» porque se asemeja a la masticación repetida de alimentos por vacas y otros parnópodos.

El término rumia se deriva de la rumiatio de la palabra latina (para ruminar). Curiosamente, en inglés, la palabra rumia puede referirse no solo al proceso de pensamiento, sino también a masticar chicle en el sentido literal.

La rumia es agonizante sobre una situación desagradable sin ningún propósito y sin solución a ningún problema. No es bueno, pero solo consume mucho tiempo y agota a la persona, haciéndolo sufrir una y otra vez debido a una situación que no puede corregirse. La principal característica de la rumia es que toda la rumia conduce a un resultado negativo, sin ayudar a la persona a hacer frente a la situación, sino a aumentar su dolor.

¿Cómo difiere la rumia de la reflexión?

Seguramente has notado que la rumia es similar a la reflexión en la descripción. Pero estos son dos conceptos completamente diferentes, por lo que no deben identificarse ni confundirse. La diferencia entre la reflexión y la rumia radica en las siguientes características:

  1. Presencia o ausencia de propósito. La reflexión tiene un propósito. Una persona intenta encontrar una solución, comprender la situación, sacar algunas conclusiones, comprender cómo no repetir un error. Con la rumia, simplemente se desplaza los recuerdos dolorosos en su cabeza, sufre y siente lástima por sí mismo, pero no busca una solución.
  2. Percepción de la situación. En la reflexión, una persona intenta retroceder y mirarse desde el exterior, pensar y darse cuenta de la situación. En rumia, experimenta emociones desagradables como si esos eventos le estuvieran sucediendo en este momento.
  3. Duración. La reflexión generalmente conduce a un replanteamiento del problema, haciendo que los recuerdos sean menos dolorosos cada vez. La rumia obliga a una persona a «vivir» la situación una y otra vez, cada vez que experimenta el mismo nivel de incomodidad.

Por lo tanto, la rumia difiere de la reflexión en que no conduce al alivio del sufrimiento con el tiempo. La persona no está buscando una solución al problema, sino que simplemente se obliga a agonizar, sufrir y sentir lástima por sí mismo, atascarse en el pasado durante mucho tiempo y causar daños graves a su estado psicoemocional.

Signos de rumia

Para determinar la rumia en sí mismo, debe prestar atención a la presencia de los siguientes signos:

  • Pensar constante en situaciones desafortunadas, estúpidas, vergonzosas, desafortunadas y otras desagradables;
  • Pensamientos constantes sobre cualidades de uno mismo que no son placenteros de pensar;
  • centrarse en eventos pasados que ya no pueden ser influenciados;
  • Larga deliberación de una conversación o argumento que ya ha tenido lugar.

La señal principal, que ayuda a comprender mejor qué es la rumia, es que todos los pensamientos de una persona se centran en las consecuencias negativas del evento y no en cómo corregir la situación.

¿Cómo ocurre la rumia?

Todo comienza con un evento desagradable que una persona reflexiona. En la reflexión normal, trataría de comprender la esencia de la situación, sus causas y opciones de corrección. Con la rumia, en lugar de buscar una solución, una persona comienza a hacerse las preguntas equivocadas como estas:

  • «¿Por qué me ha ocurrido esto a mi?»;
  • «¿Qué hice para merecer esto?»
  • «¿Por qué soy tan perdedor?»
  • «¿Qué pasa si me vuelve a pasar?».

La investigación muestra que la rumia es propensa a personas con baja autoestima y perspectivas pesimistas en la vida, que son propensas a la ansiedad, que están inseguras sobre sí mismas y sus habilidades, y que quieren controlar todo, incluidas las cosas que están fuera de su control.

¿Cuáles son los peligros de la rumia?

El principal problema con los pensamientos intrusivos es que persiguen a una persona constantemente y evitan que participe en actividades productivas. Él o ella no puede concentrarse en el trabajo, no puede tener unas vacaciones adecuadas con familiares o amigos y no puede conciliar el sueño por la noche porque las fuertes reflexiones no le permiten relajarse.

La rumia es un proceso autosuficiente. Las experiencias negativas hacen que aumenten los niveles de cortisol de una persona (hormona del estrés). Y debido al aumento de los niveles de cortisol, las experiencias se vuelven más angustiantes. La ansiedad de una persona aumenta, y él o ella se vuelve aún más ansioso por las cosas más pequeñas. Al mismo tiempo, no intenta resolver o repensar el problema, sino que solo agoniza más, arriesgando a la depresión o la neurosis.

¿Cómo superar la rumia?

Ahora que finalmente hemos entendido qué es la rumia y qué es peligroso, es hora de averiguar cómo deshacerse de ella. Desafortunadamente, no puedes dejar de pensar en algo, incluso si causa mucha incomodidad. Solo puede lidiar con la rumia con un enfoque metódico siguiendo algunos pasos simples:

1. Identificar la causa

Primero, debe identificar la fuente de los miedos o las preocupaciones. Quizás has estado en una situación estúpida o tienes miedo de entrar en una. Tal vez tengas miedo de ser despedido o que tus jefes te traten peor. Comprender la verdadera causa de ansiedad rara vez es inmediata, pero un diario puede ayudar. Al escribir pensamientos y experiencias regularmente, con el tiempo puede identificar la causa raíz.

2. Piense en el peor de los casos

Es más fácil encontrar una solución a un problema si está concreto. Por lo tanto, en este paso debe hacerse dos preguntas:

  • ¿Cuál es el peor de los casos posible?
  • Si sucede, ¿cómo puedo arreglarlo?

Una vez que visualiza el problema específico, es mucho más fácil encontrar un plan de acción para arreglar la situación. Después de eso, el problema no parecerá tan terrible, porque ya tendrá una solución preparada incluso para el peor de los casos.

3. No intentes controlar todo

Si no puede influir en la situación, aceptarla. No tiene sentido preocuparse por algo que esté fuera de su control. Si ve que puede arreglar o mejorar algo, comience a actuar. Solo pensar en la situación no lo afectará.

4. Tome errores como un incentivo para el desarrollo

Todas las personas perciben fallas de manera diferente. Y la experiencia de las personas más exitosas de la historia muestra que los mayores éxitos son logrados por aquellos que ven los errores como una experiencia valiosa y los perciben como nuevas oportunidades. Uno debe aprender de los errores, no negarlos, no huir de ellos o tratar de esconderlos de uno mismo.

5. Programe tiempo para experimentar

El personaje principal de la novela «Gone With the Wind» una vez pronuncia la frase «No pensaré en eso ahora, prefiero pensarlo mañana». Este principio debe ser adoptado por cada persona propensa a la ansiedad. Asignar media hora al día para pensar en situaciones dolorosas, y el resto del tiempo no se permite tales pensamientos. Tan pronto como te sientas empezando a preocuparse, recuérdate que ya has planeado tiempo para esto.

6. Practica la atención plena

La atención plena o la atención plena es una práctica popular en la psicología aplicada moderna que ayuda a una persona a monitorear su estado actual. El objetivo principal de este enfoque es pensar solo en las cosas actuales sin distraerse con el pasado o el futuro. Al desarrollar esta habilidad, uno puede hacer frente efectivamente a pensamientos intrusivos sobre problemas irrelevantes.

7. Ejercicio

Los ejercicios deportivos son una de las mejores maneras de distraerse de los pensamientos y preocupaciones negativas. Hay muchas opciones: puede hacer yoga, bombear sus abdominales, hacer un poco de ejercicio, ir a trotar, unirse a un gimnasio o una piscina. Las personas que hacen ejercicio regularmente son mucho menos susceptibles a sentimientos negativos. Son alegres y optimistas, mejor capaces de hacer frente a cualquier desafío.

Puedes encontrar otras formas de distraerte de los malos pensamientos. Ver una película o escuchar música puede ayudar a algunas personas, mientras que alguien puede disfrutar de un libro fascinante. Muchas personas señalan que se distraen de los pensamientos desagradables que ayudan bien a todo tipo de pequeñas cosas en la casa: limpieza, reparación, reorganización, etc.

  1. Concéntrese en lo que es importante.
  2. Reducir el estrés y la ansiedad.
  3. Mejorar la calidad del sueño y el descanso.
  4. Reduzca los tramos de atención dispersa.
  5. Deshacerse de los pensamientos tóxicos.

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Conclusión

La rumia es una forma extremadamente costosa y completamente improductiva de pasar tiempo. En este estado, una persona no puede participar en ninguna actividad útil, pero solo sufre, agotando las reservas de energía emocional. Si te has encontrado propenso a la rumia, debes aprender a luchar contra ella. Y ayudará en estos simples ejercicios que hemos considerado hoy.